Una de los asuntos más importantes que trataremos en el blog a lo largo de este 2018 es la seguridad en el entorno laboral industrial y de la construcción. El hecho de que las inspecciones laborales por cuestiones de seguridad estén aumentando, unido a los incentivos fiscales que existen actualmente para las empresas que reducen al mínimo los accidentes, hace que sea un asunto más que candente en el sector. En Sebastián Salazar hemos querido tratar los puntos más importantes relativos a la seguridad laboral del siglo XXI:
Protección respiratoria
Enfermedades como la silicosis, asociadas a la minería, han reaparecido en los últimos años como consecuencia de una protección contra partículas inadecuada. A su vez, la inhalación de polvo de madera aumenta el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer. En el corte y tratamiento de materiales industriales, sencillamente hay mucho en juego como para estar respirando algo que no sea oxígeno.
Existen dos tipos principales de inhalación de sustancias peligrosas, los cuales determinarán el tipo de mascarilla filtrante que necesitamos:
- Inhalación de partículas de polvo o metálicas, para la cual se utiliza un material filtrante, compuesto normalmente por fibras plásticas que retienen el agente contaminante.
- Inhalación de gases o vapores, para la cual se utiliza como agente filtrante carbón activado.
En cualquier caso, es el fabricante el que determinará cuál es la protección adecuada según la sustancia o sustancias a las que nos expongamos. Es esencial leer las instrucciones del fabricante y asegurarnos de que la mascarilla está en perfectas condiciones.


Protección corporal
La protección corporal está diseñada para proteger el torso de peligros mecánicos, físicos o químicos, como por ejemplo, las sustancias tóxicas o corrosivas, el fuego, astillas, radiación, etc. Existen varios tipos de protección, entre los que se encuentran los siguientes:
- Ropa reflectante, utilizada para que al trabajador se le vea bien cuando trabaje cerca de vehículos en movimiento.
- Monos y ropa de trabajo, con propiedades ignífugas, por ejemplo para los trabajos con soldadura; con resistencia a productos químicos; resistente a cortes y otras lesiones mecánicas; de resistencia a la radiación (ionizante y no ionizante); y de resistencia a la electricidad.
Un material estrella es el Kevlar, creado con un tipo de poliamida excepcionalmente resistente gracias a su estructura molecular especial. Además de utilizarse en la creación de chalecos antibalas, el Kevlar se utiliza en guantes y ropa de protección industrial.
En todos los casos, es imprescindible leer las instrucciones e indicaciones del fabricante, mantener el equipo en buen estado, y elegir siempre productos de calidad, adaptados a nuestras necesidades de seguridad.




Protección auditiva
El ruido derivado del trabajo industrial puede cobrarse su precio en forma de pérdida de audición y estrés. Para evitar esto, es necesario pasar a la acción y utilizar la protección auditiva necesaria para aquellos ambientes de trabajo que resulten especialmente ruidosos, como una obra, un taller, una fábrica o la pista de un aeropuerto. Hay dos tipos de protección: tapones de oído y protectores de oído:
- Tapones de oído: son tapones pequeños que pueden ser reutilizables o de un solo uso. Están recomendados para una exposición al ruido corta o de baja intensidad.
- Orejeras: son casquetes con sellos almohadillados, para adaptarse a las orejas. Están unidos por una banda ajustable a la que se le puede incluir un casco de seguridad. Ofrecen una mayor protección contra el ruido que los tapones y también resultan más higiénicos, aunque pueden resultar algo incómodos.

¿Necesitas un equipo de protección para el trabajo? En Sebastián Salazar tenemos lo que buscas, y te asesoraremos sobre el producto más idóneo según tus necesidades. ¡Visítanos!
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